Hace poco se han cumplido diez años del mayor desastre ecologista, en la historia de Andalucia.Lo que algunos denominaron también el Desastre de AZNAR-cóllar;puesto que tanto La Junta de AndalucÃa como el Gobierno Central, eran testigos y conocedores del gran peligro, que podrÃa acarrear el vertido de una empresa minera cercana sobre el Parque Nacional de Doñana y su entorno.
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El desastre
 Cuando el 25 de abril de 1998 se rompió la balsa minera de Aznalcóllar, que contenÃa lodos tóxicos, se esparcieron por el cauce del rÃo Guadiamar, principal afluente del Parque Nacional de Doñana, seis millones de metros cúbicos de lodos y 2 millones de aguas tóxicas que asolaron más de 4.600 hectáreas de terreno. Sin embargo, el accidente medioambiental más grave de España se pudo haber evitado: entre 1994 y 1998 la Coordinadora Ecologista y Pacifista de AndalucÃa (CEPA) presentó decenas de denuncias judiciales y administrativas que alertaban del riesgo medioambiental que suponÃa dicha mina. Sin embargo, a pesar de advertir de que se estaban almacenando residuos tóxicos del Polo QuÃmico de Huelva en la balsa minera de Aznalcóllar, no funcionaron los mecanismos de prevención y control de la contaminación, debido al costo que ello suponÃa para la empresa. Ya en 1995, el ingeniero Manuel Aguilar Campo, jubilado de Boliden, denunció a la Junta de AndalucÃa deficiencias y el mal mantenimiento de esta balsa minera, por la que se vertÃan aguas ácidas al Guadiamar, alertando de la posible rotura y del desastre ecológico que ello conllevarÃa.
Sin embargo, la empresa sueca Bolidén, lo negó todo y ni las manifestaciones ni los estudios realizados impidieron el desastre. Se constató que habÃa un tráfico ilegal de residuos tóxicos y peligrosos que llenó el recinto minero de Aznalcóllar de basura venenosa. Se trata de 300.000 toneladas al año (el tráfico perduró entre 12 y 14 años) de desechos, con un alto porcentaje de metales pesados como Zinc, Plomo y Arsénico, enviadas a la balsa, cuya presa estaba fabricada con materiales de deshecho.
Con respecto a la rotura de la balsa, hay dos hipótesis de las que hablan numerosos mineros y que los medios de desinformación esconden: una la que afirma que la balsa se dejó llenar sabiendo que reventarÃa, y otra que la rotura fue provocada por una explosión que facilitó la rotura. Sin embargo, nadie ha asumido la responsabilidad de esta catástrofe, que ha costado 200 millones de euros a la población. Aún continúan los procesos judiciales de esta rotura y contaminación, aunque se ha descartado toda responsabilidad penal de Boliden, de las empresas constructoras y de la Junta de AndalucÃa, que mantienen abiertos varios pleitos para decidir quién pagará la multimillonaria descontaminación de la zona.
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