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Este artículo forma parte de las series para entender la economía y forma parte de este futuro libro.

La función de este artículo es didáctica y espero que nadie se meta en la Bolsa después de leerlo, básicamente porque la Bolsa está en plena caída y seguirá así mientras el petróleo afecte a la inflación, mientras los tipos de interés estén altos (ya que eso implica negocios sin créditos bancarios) y mientras haya crisis inmobiliaria que arrastre al resto de sectores.

Todo el mundo tiene más o menos una idea de lo que es la Bolsa pero no está mal profundizar un poco más:

Para empezar decir que los antecedentes de la Bolsa se remontan al siglo 11, en mercados judio/árabes. Aunque su popularización no llegó hasta el siglo 17 en la ciudad comercial de Amberes.

La Bolsa tiene dos objetivos principales para los participantes en la misma, el primero conseguir fondos para las empresas y el segundo obtener un beneficio por parte de los accionistas.

Las empresas obtienen dinero vendiendo participaciones (acciones) de la misma. Desde ese momento los accionistas tienen poder para influenciar en las decisiones que toma la empresa. Y no es trivial. Ya que si una empresa cierra los últimos en ser pagados serán los accionistas (primero van los trabajadores, las deudas con el ente público, etc).

Esto significa que si la mayoría de accionistas piensa que la culpa de los malos resultados de una empresa es del director lo echarán a la calle.

¿Por qué compra alguien acciones? El motivo es obtener un beneficio en un tiempo futuro. Y este se puede obtener de dos formas. Con los dividendos (estos son los beneficios obtenidos por la empresa y repartidos entre sus accionistas). O con las subidas de las acciones.

Hay que decir que las empresas no siempre reparten dividendos. Pueden guardarse el dinero para invertirlo en el negocio. En ese caso el único beneficio es esperar que las acciones suban.

¿Y por qué suben esas acciones? Si la bolsa fuera algo racional subirían porque la empresa a la que pertenecen va a tener más beneficios en un futuro. Pero la bolsa es lo que dice la mayoría y aquí los errores de muchos afectan a todos. Un rumor falso puede hundir el valor de una acción y al final el precio de esta puede ser resultado de lo que la mayoría cree que piensa la mayoría que va a pasar. Curioso, ¿no?

¿Cómo es eso que suben y bajan los precios continuamente? El proceso de compra se basa en las ordenes que dan los accionistas y los compradores. Por ejemplo, la acción vale 10 euros. Si el mercado va al alza el vendedor querrá vender si la acción, por ejemplo llega a 12. Si tu quieres comprar a 11 esa persona no te venderá la acción y solo la conseguirás cuando algún accionista este dispuesto a vender por 11.

Para participar en la Bolsa deberás utilizar los servicios de un Broker o de un portal de internet, hay más formas pero para los mortales comunes estás son las habituales. Estos servicios representarán una coste. A los que hay que añadir un monto del 18% a los beneficios conseguidos.

La Bolsa en si misma suele reportar beneficios a la sociedad. Como medio de aportar inversiones a empresas estas pueden crecer y lograr más puestos de trabajo. No obstante, a veces las empresas dan más importancia a dar beneficios a los accionistas que a sus propios trabajadores, seguramente para que la cabeza del jefe esté a salvo, también puede repercutirles más inversión. Aunque la posesión de acciones por gente relacionada con la empresa puede suponer que esos beneficios repartidos a los accionistas se deban a querer beneficiar en el fondo el patrimonio de los allegados.

La Bolsa también permite invertir en empresas de dudosa ética como armamentísticas o algunas farmacéuticas. Productos como fondos, etc. en los que tienes el dinero pueden estar invirtiendo en esas empresas sin que lo sepas.

Un aspecto peligroso de la Bolsa son las burbujas especulativas. Como las que se dieron a finales de los años 20, 1987 o en los primeros años de este siglo con las empresas punto com. En estos sucesos si se mira un gráfico se puede ver como el precio de las acciones crece mucho más que los beneficios que dan las empresas o los dividendos que reparten, o los beneficios futuros esperados como se puede ver en la imagen siguiente.

Como se ve una burbuja típico, tópica como cualquier otra y de las que deberíamos empezar a conocer su aspecto más importante: todos los productos que suben de precio muy por encima de lo que es lógico (según la demanda y lo que esta puede ofrecer) al final acaban valiendo mucho menos dinero.

Quedan muchas preguntas abiertas sobre este sistema de intercambio, como sistemas más utilizados para decidir una compra de acciones, más peligros, etc. Más adelante los iré tratando para añadirlos al libro de intercambia.

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