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Era el año de 2006 y la fundación Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, organismo del que depende el Real Jardín botánico anunciaban con bombos y platillos el lanzamiento del programa “Anthos”, un completo y ambicioso programa que ponía al alcance de todas las personas un complejo “sistema de información de las plantas en España”, como lo definían textualmente y que incluía más de un millón de registros, información temática, familias, géneros, nombres vernáculos, distribución geográfica e imágenes de lo que se suponía iba a ser una importante iniciativa de la administración pública al servicio de los ciudadanos en términos de dar a conocer la flora hispana para profesionales, aficionados y estudiantes de esta temática.

En paralelo, también hubo otro proyecto que se perfilaba como importante y necesario, especialmente en este momento que muchos ecosistemas de nuestro planeta están en grave peligro y claro, España no es la excepción; se trata del proyecto Phyteia. Sistema de Información sobre flora protegida y amenazada de España. Otra iniciativa del CSIC que entregaría información rigurosa y actualizada sobre este particular, también a través de Internet.

Hasta aquí todo bien y loables iniciativas del CSIC, para lo que se dotaron de recursos económicos y humanos que se convirtieron en información valiosa y al alcance de todos los ciudadanos y de parabienes y autocomplacencia a los máximos responsables de la administración pública en términos de modernidad y acercamiento de la información, motivos que sirven para llenar más páginas de memorias anuales y conversaciones en ágapes de fin de año y reuniones interministeriales.

Liderando estos proyectos, se encontraba el destacado científico y profesor D. Santiago Castroviejo Bolibar, un eminente y estudioso hombre de ciencias y que dedicó su vida a la investigación y divulgación del conocimiento científico, especialmente de la flora, que era su especialidad y digo se encontraba, ya que el Profesor Castroviejo falleció el pasado 30 de septiembre, obviamente dejando un importante legado y una rica herencia de conocimientos, pero aquí, con la muerte de este importante científico se produce un punto de inflexión, inaceptable, aberrante y se constituye en sí mismo en un clásico ejemplo de la actuación de las administraciones públicas españolas en cuanto a la deficiente administración de los recursos, no sólo económicos sino que también humanos y la obligada tutela que deben realizar por el patrimonio común de los ciudadanos, especialmente si ha sido construido con fondos públicos aportados por la sociedad para el bienestar y conocimiento.

El proyecto Anthos y su hermano el proyecto Phyteia ya no existen, si bien sus enlaces aparecen activos incluso en las páginas web del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Real Jardín Botánico. ¿El motivo?…. Simple, no se renovaron los dominios en Internet para ambas páginas, por lo que se ha perdido una fuente de información enorme, enmarcada dentro del proyecto que hizo del profesor Castroviejo un proyecto de vida, me refiero al proyecto Flora Ibérica y que lo ha hecho acreedor –evidentemente de forma póstuma- del Premio Nacional de Investigación 2009.

Es decir que por 30 euros por sitio, incluyendo dominio y alojamiento por un año el CSIC ha dejado morir, junto con su creador, una importante fuente de información y estudio que era la más completa fuente de contenidos e información online de la flora ibérica, incluyendo la difusión de especies amenazadas y protegidas y lo que aún me parece más terrible, dejar caer en el olvido una vida de trabajo, estudio y dedicación por parte de un hombre que enriqueció el conocimiento en esta área y que claro, le dan discursos, premios póstumos y reconocimientos, pero que al final del día permiten con toda desfachatez que se pierda su legado y su obra por 60 euros al año.

A ver si se lo descuentan de las cenas de gala y los gastos de representación de sus máximos directivos y sino que me los pidan a mí, que estaría dispuesto -como muchos de nosotros- a donarlos para preservar el conocimiento.

Por cierto, el dominio www.phyteia.es ya está disponible y seguramente el www.anthos.es lo estará próximamente. Declaraciones de la administración pública no creo que las haya, no estamos en tiempo de elecciones, pero demos a conocer estos impresentables hechos, ya está bien de abusos e ineptitudes tanto con el conocimiento como con el dinero de todos.

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