Desgraciadamente no se trata de un partido de fútbol. Brasil le acaba de marcar un gol a la industria farmacéutica pero esta tiene mucho poder. De hecho cuando algo importante pasa en su contra aparece Bush para amenazar al país que toque.
Tienen tanto poder que misteriosamente cuando las farmacéuticas perdieron el juicio en SudÁfrica (país con millones de seropositivos) por el tema del SIDA el gobierno sudafricano se negó a fabricar los medicamentos que hubieran salvado millones de vidas. Cualquiera sabe que les dirían.
Ahora es Brasil quien lo intenta. Quiere importar un fármaco, efavirenz, contra el SIDA desde la India por 0.45ct la unidad. Mientras que quien tiene la patente (Merck) se lo vende a 1.59.
Brasil negoció con ellos ya que la misma empresa los vende en Thailandia a 0.65ct/unidad. Quería que se los vendiera a este mismo precio al considerar que era un precio que le reportaba los suficientes beneficios a la empresa.
Sin embargo la empresa de la patente considera que el precio debe ir en función de lo que pueden pagar los países ricos y que como mucho se puede rebajar en función del PIB del país donde se venda.
Brasil tiene 200.000 enfermos de SIDA y les suministra a estos los medicamentos gratuitamente. Su programa de salud ha sido elogiado por muchos países. Pero el pago del efavirenz a 75.000 enfermos amenazaba con colapsar todo el sistema.
Las farmacéuticas ya han lamentado que se quebrante la patente y le han comenzado a soltar la retahíla habitual de amenazas:
– La medida ahuyentará la inversión de los laboratorios en Brasil.
– imagen negativa del país sobre empresas de investigación.
– Fomento del desinterés para estudiar enfermedades que afectan a países pobres (me pregunto que están haciendo por erradicar la malaría, parece ser que hacían algo y yo sin saberlo).
– Daño a los pacientes que necesiten terapias innovadoras.
– Daño a la reputación de Brasil como país industrializado que quiere atraer inversiones.
Brasil sigue pagando un canon del 1,5% a Merck. Regalando los condones. Y fomentando la educación sexual. Pero no basta. Parece que la sanidad no es un derecho es un privilegio.
Creo que tanta gallardía por parte de Lula se debe a que ahora tiene a Bush como aliado por el tema de los biocombustibles. Por un lado bien, por otro mal. Esperemos al contrataque de las farmacéuticas a ver como acaba el partido…