Más simples, más felices
Escrito por Griselda el viernes, 14 de enero de 2011 a las 1:45 am
Hay como un exceso de aparatos eléctricos y aparatos tecnológicos rodeándonos en el día a día. Hoy en día tenemos “1 móvil por cabeza” o hasta 2; lo que comenzó como una gran comodidad y ventaja se convirtió en una necesidad primaria y los ordenadores siguen igual camino y ni qué decir de los tablets; seguro tendremos una cada uno en la casa y también los niños. Un fenómeno que tiene una razón de ser: la avasallante oferta tecnológica “in crescendo” y la disminución de los costes.
Al cabo de un par de años, hemos ido comprando como manada, la propuesta de vanguardia; pero poco duró la alegría de tener el iPhone3; duró exactamente los días en que tardó en salir el iPhone4. Tal es así que cuando tuve mi primer Touch y terminé de comprenderlo, alcé la vista en el autobús en que iba y muchos tenían un Touch. Bueno, volviendo al ejemplo de los autobuses, claramente se ve la dependencia que genera el móvil; muy pocos miran el paisaje y la mayoría va ensimismado en su móvil, su mundo.
¿Somos más felices?
No, ni la lavadora de tambor vertical, ni el core i7 vinieron al mundo para hacernos más felices. Vaya concepto de felicidad tendríamos si nuestro objetivo al comprar un Blackberry fuera ser más felices. Sólo comodidad y accesibilidad y la idea siempre permanente de hacernos sentir más libres.
Pero está muy bien también la sensación de apartarse un poco del camino que nos traza el consumismo actual. Un poco nada más, y mientras pregonamos lo genial que es Internet, podemos levantar un poco la vista y respirar naturaleza debajo de un árbol. He aquí algunos consejos.
- Un día a la semana intente no sacar el coche del garaje y vaya a pie
- Un día a la semana cambie un paseo de rutina por salir en bicicleta (No se permita tener la bicicleta rota o con una rueda pinchada, es la excusa que todos solemos poner)
- Vaya un poco más lejos y destine algo que haga rutinariamente todos los días para hacerlo a pie. Llevar el niño al colegio por ejemplo o ir al gimnasio.
- Propóngase un límite inviolable: Jamás vaya en coche si va a una distancia menor a 5 manzanas
- ¿Le ha pasado de dar 3 vueltas a la manzana para estacionar cerca? ¿No es esto absurdo? Estacione más lejos, ahorre tiempo, gasolina y camine más
- Muchas veces el tiempo y la gasolina que se ahorra comprando a pie en los lugares cercanos a la casa o trabajo compensa ampliamente
- Quítese la idea de que ir en coche a todos lados es más rápido. Mida el tiempo y haga la prueba
- Tenga la bicicleta a mano. Evite tenerla en el fondo del armario, en la última pieza, etc. Téngala lista para salir
- Una vez a la semana salga a caminar sin el móvil, sin dinero, sin reloj, sin el mp3 y sin la cámara. Descubrirá una sensación diferente, es muy recomendable hacerlo
- Antes de comprar por comprar, piense en pos de una vida más sencilla: Unas buenas zapatillas pueden ser más útiles que un mp5
- Simplifique y para simplificar piense en que las cosas tienen valor arbitrario. Seguro que usted tiene muchas cosas que no usa y si no las usó durante 1 año ¿las va a usar? Olvídese del “puede servir para algo”. Si su condición económica le permite regalar cosas, mejor; si no venderlas es una buena opción
- Y un último consejo: Nutra la mente, no sólo el cuerpo y para ello nada mejor que el arte
Muchas personas encuentran el equilibrio en un estilo de vida más sencillo; dicen que tener la casa abarrotada de cosas les provoca una sensación de pesadez, viven ligeramente y son más felices ¿tienen móvil? ¿tienen ordenador? Sí, claro que sí, pero en su justa medida y saben que la felicidad viene de dentro, de charlar en el parque con la gente que pasa, de tener algo que parece faltarles a todos: Tiempo y paciencia.
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Categoria: Otro mundo es posible
Clasificado en: Decrecimiento, estilo de vida