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Son los desastres más terribles provocados por el ser humano, por sus tristes desarrollos que, en algunos casos, han llevado a la contaminación del medio ambiente, a la muerte y a la enfermedad.

Chernobyl, Bhopal y las muchas guerras libradas sin sentido son algunos de ellos pero, lamentablemente, hay más.

Uno de los peores desastres ocurrió el 10 de julio de 1976, cuando los vapores de una planta de pesticidas de la ciudad italiana de Seveso contaminó toda la región. Entre los productos contaminante se encontraba el dioxin y cerca de 37.000 personas estuvieron expuestas a altos niveles de esta sustancia tóxica que no sólo envenena el organismo sino que está asociada al cáncer aún si se la recibe en micro dosis. Si bien unas 600 personas fueron evacuadas y muchos fueron tratados ante la posible contaminación. Más de 80.000 animales también fueron evacuados para evitar la exposición.

Si hay algo bueno en esta historia es que el accidente permitió conocer más sobre los efectos de esta sustancia en los seres vivos. Afortunadamente, muchos físicos se encargaron de tomar muestras se sangre y ya en 1987 comenzaron a realizarse pruebas aún más profundas. Eso no fue todo, a partir de entonces hoy la industria química europea desarrolla una rutina llamada “Seveso”, que, entre otras cosas, involucra una serie de leyes relacionadas con el transporte, la manipulación, el almacenamiento y la información de las sustancias a las autoridades.

Otro grave accidente que dejó una gran contaminación fue el de Exxon Valdez, producido en 1989 en Alaska cuando se derramaron 10.8 millones de galones de petróleo crudo en la costa. Las consecuencias fueron fatales al punto que aún hoy se estima que unos 26.000 galones de petróleo siguen adheridos a las rocas y al suelo. Una vez más, de la tragedia se logró un aprendizaje pues desde entonces se desarrollaron nuevas tecnologías para evitar este tipo de accidentes en el mar.

Vía: Tree hugger

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