Aportando racionalidad al consumo
Escrito por José Manuel el martes, 10 de febrero de 2009 a las 9:57 pm
Es curioso lo que la religión puede hacer. Desde lo más atroz a lo más sensato.
En este caso una noticia buena: En EEUU se han formado varios grupos de Protestantes para cambiar su forma de ver el dinero.
Durante un año se han ido reuniendo una vez al mes para charlar sobre sus hábitos de consumo y gasto y para enfocarlos en una línea concreta:
Gastar “solo” lo necesario y repartir los sobrantes en proyectos interesantes y útiles.
El concepto de lo necesario es muy relativo, en este caso los que solo utilizaban el coche para ir al trabajo y podían ir en transporte público vendieron el coche. Los que salían a menudo a cenar redujeron esas salidas a situaciones especiales.
De esta forma a final de año un grupo de catorce personas donó 40.000 dolares y se quitaron de casi todas sus deudas.
El hecho de hablar sobre su forma de usar el dinero les ha permitido entender que cosas no les estaban haciendo un bien realmente. Creces y te acostumbras a comprar unas cosas que te encantan pero que a la larga suponen unos gastos que no tienen porque ser nada buenos.
Sería muy recomendable que, como ellos, todos charlaramos sobre nuestros hábitos de compra y ese simple hecho seguro que los cambiaría.
Pero a un nivel superior estas acciones que llevan a cabo, reducir el consumo y repartir, pone de relieve uno de los principales problemas de nuestra economía, que es la falta de racionalidad a la hora de repartir los beneficios.
Si no se reparte bien nos topamos con crisis como las actuales. Si todos siguieramos su ejemplo se dejaría de producir cosas innecesarias que expulsan a mucha gente de sus hábitats, evitaríamos guerras, destinariamos dinero a cosas que ayudan…
Pero al igual que el problema de la moneda anónima nos topamos que todos deberían seguir el ejemplo y comportarse de forma ética.
Algo imposible pero que se agraba cuando vemos que las instituciones que podrían hacer algo, lo único que hacen es la vista gorda con los de siempre.
Sería importante que vieramos en los políticos los mayores responsables de esta irracionalidad en economía.
Y que les hicieramos pagar por esas responsabilidades.
Si todo sigue igual, si no encontramos culpables, si no les pedimos un precio por ello, todo irá a peor.