Dos cuentos para reflexionar
Escrito por José Manuel el domingo, 26 de octubre de 2008 a las 8:08 am
Cuento de Tony de Mello
Enzo, un rico comerciante de Puerto Ayacucho, visita a las comunidades indígenas del alto
Orinoco y se horroriza cuando ve a Orawë, indígena Yanomami tumbado tranquilamente en su
chinchorro (especie de hamaca), mascando tabaco.
-¿Por qué no sales a pescar?- le pregunta Enzo.
-Porque ya he pescado bastante por hoy – le contesta Orawë.
-¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas? – insiste el comerciante.
-¿Y qué iba a hacer con ello?- pregunta a su vez el indio.
-Ganarías más dinero. De este modo podrías poner un motor fueraborda en tu canoa.
Entonces podrías llegar lejos en el río y pescar más peces. Y así ganarías lo suficiente para
comprarte una red de nylon, con lo que obtendrías más pescado y más dinero. Pronto ganarías para
tener dos canoas y hasta dos motores y más rápidos Entonces serás rico, como yo.
– ¿Y qué haría entonces? – preguntó de nuevo el indígena.
-Podrías sentarte y disfrutar de la vida – respondió el comerciante.
-¿Y que crees que estoy haciendo en este momento?- respondió satisfecho el indio Orawë.
Extracto del principito:
– ¡Buenos días! dijo el principito.
– ¡Buenos días! respondió el comerciante.
Era un comerciante de píldoras perfeccionadas que quitan la sed. Se toma una por semana y ya
no se sienten ganas de beber.
– ¿Por qué vendes eso? preguntó el principito.
– Porque con esto se economiza mucho tiempo. Según el cálculo hecho por los expertos, se
ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
– ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?
– Lo que cada uno quiere… ”
-“Si yo dispusiera de cincuenta y tres minutos, pensó el principito, caminaría plácidamente hacia
una fuente…”
Preciosos ¿no?
Dedicado a Patri.