Salarios en España y economía sumergida, un futuro incierto
Escrito por Griselda el sábado, 4 de septiembre de 2010 a las 10:54 am
Resulta complejo el análisis de la situación actual en el país que decrece no una, sino cinco veces la media de Europa. Resulta muy complicado residir en un país en el que el coste de la vida se ha incrementado de forma inversamente proporcional al aumento de los salarios.
Sí, España se consolida como uno de los países más caros de la Zona Euro y con una relación calidad-coste completamente desequilibrada.
Desde hace muchos años el coste de vida no ha dejado de incrementarse hasta consolidar a España junto con Grecia con mayor coste de vida desde el pasado 2000. Un 14,5% de aumento, que sitúa el coste de la vida en España en la media de Europa.
Es que España tiene la capacidad insólita de situarse en la media de Europa únicamente para los datos adversos a la sociedad.
¿Por qué se produce el deterioro de la calidad de vida?
Durante los años de la explosión inmobiliaria se produjo un fuerte incremento de la actividad económica que consolidó datos de crecimiento al 3% y una situación de –prácticamente- rozar el pleno empleo, basándose en una producción sin ningún valor agregado que llevó a la sociedad española a incrementar el nivel de endeudamiento por encima de la percepción de ingresos.
Mientras el coste de la vida se mantenía en Alemania o crecía por debajo del 10% como Francia, Italia e incluso la damnificada Portugal, en España se producía un deterioro progresivo de la calidad de vida que le acercaba a la media de Europa.
Hoy el deterioro de la economía española es tan pronunciado que, a pesar de tener la inflación relativamente controlada, se enfrenta a un final de ejercicio en el que ya se parte de un dato muy inquietante; mientras los precios convergen hacia la media de Europa se produce una progresiva divergencia en los salarios que percibe la sociedad.
Caída del poder adquisitivo – burbuja.info
El salario medio, incluyendo cotizaciones en España es hoy un 15,1% inferior al de la media de Europa. En España se percibe una media de 31.000 euros anuales mientras los ciudadanos de las economías comunitarias perciben 35.000 euros anuales.
Una diferencia que, comparativamente con el caso alemán separa en un 10% el salario percibido. Si embargo y aunque por sí mismo, este dato resulte ya sorprendente, no es la principal diferencia; un trabajador español percibe un salario inferior a un trabajador francés en un 40% y comparativamente con un trabajador irlandés, la divergencia se dispara hasta un porcentaje cercano al 50%.
Estos datos ponen de manifiesto que la pérdida de calidad de vida en España ha sido mucho más pronunciada que en el resto de las economías comunitarias enfrentadas también a medidas de ajuste y control del gasto, concretamente 14 países europeos siguen manteniendo un poder adquisitivo superior a los ciudadanos españoles.
Las razones
Una de las principales razones para explicar esta divergencia, se centra en la pérdida de competitividad y la baja productividad de la economía en España que ha derivado en una precariedad del mercado laboral en paralelo con una política monetaria basada en la eliminación de los beneficios sociales sobre los que se asentaba el tradicional estado del bienestar.
Este escenario ha llevado a España a una pérdida progresiva de calidad de vida que se acentúa incluso comparativamente con Estados Unidos, transformado en un destino económico para los españoles desplazados, incluso comparativamente con Japón con el que España se distanciaba en un 56% en relación con el coste de la vida, hoy esa diferencia apenas llega al 19%.
Lo que se espera
Y si el dato de contar con un salario medio un 15,1% inferior a la media de la Zona Euro parece que el futuro no se presenta muy positivo, la economía española enfrentada a un modelo productivo ineficiente, un mercado laboral precario y un alto nivel de endeudamiento público y privado, ha logrado esquivar los efectos colaterales de la subida de impuestos y la primera fase de las medidas de ajuste gracias al paréntesis estival.
Según las proyecciones, el desempleo ascenderá al 21% obligando al gobierno a establecer una nueva reforma fiscal y laboral que derivará en una pérdida aún mayor del poder adquisitivo mientras la economía sumergida se expande por el subsuelo de la supervivencia.