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Vidas precarias / 1

Escrito por el viernes, 17 de abril de 2009 a las 8:00 am

Vidas precarias, es el nombre de una serie de artículos que escribiré sobre la precariedad y sus mundos sociales. Los artículos versaran sobre profesiones cuyas condiciones sociales son frágiles y representan las caras más amargas de la flexibilidad. En este primer artículo, el colectivo de trabajadores que presentaremos son los entrevistadores telefónicos. Los perfiles que encontramos en los no-lugares de los call centers, son múltiples, desde licenciados hasta personas sin estudios, mujeres y hombres, de aquí y foráneos, jóvenes y no tan jóvenes.
Estaba en casa, era domingo, sonó el teléfono, me aproximé para descolgarlo, y escuché una voz que me decía:

Hola, buenos días, mi nombre es Anónimo, le llamo del Instituto Sin Nombre, desde Madrid, ¿sería tan amable de responder a una encuesta?

Una encuesta, un domingo, por la mañana. Me quedé boquiabierto. Le pregunté al encuestador, por la rareza del día, a lo cual me contesto, que es una cuestión de horarios, el trabaja cuando puede. Mi pregunta fue inocente. Su respuesta en cambio, a pesar de la brevedad, no dejaba lugar a la duda. En la actual economía-red, los ritmos del trabajo no son estandarizados, las empresas compiten y gestionan el tiempo en base al ritmo de las velocidades que marca el mercado, es una economía que se fundamenta en redes de proyectos just-in-time.

entrevistador-telefonico

En el mundo social de las entrevistas telefónicas, hay temporadas en las que entran más proyectos y otras menos, lo que se traduce en mayor o menor trabajo. No hay más. Los trabajadores de estas empresas, salvo excepción, son contratados mediante contratos de obra y servicio, es decir, dependen del ciclo de vida de los proyectos. Los horarios son variables, pueden ser partidos o continuos, depende de los plazos de entrega. Hay semanas, las de más barullo, que se puede estar en la empresa 12 horas, 1 hora para comer, y dos medias horas para estirar las piernas, tomar un refrigerio, o hablar con los compañeros; las semanas de ritmo “normal”, trabajan a turno partido con media hora para engullir la comida y otra media hora para respirar; y por último, las semanas tranquilas, trabajan “solo” 8 horas continuas. Llamadas y más llamadas, llamar, preguntar, colgar, y volver a llamar, voces de personas al otro lado, pitidos estridentes de faxes, ruido de 60 personas hablando de lo mismo pero en diferentes momentos, en definitiva ruido, mientras a tu voz le queda menos fuerza y te pide silencio. Todo está programado, el control por ordenador de tu velocidad, tus encuestas hechas, tus pausas, tu voz, tú. Es la cadena de montaje de la economía post-industrial, las fábricas son ahora los call centers, las maquinas, ordenadores amarrados a teléfonos, pero los trabajadores son los mismos, la rutina y el destajo vuelven a la escena, aunque se vista con el traje de la calidad total.

Los profesionales de este campo, saben que cuando hay trabajo, hay que aprovechar, en algunos casos es una decisión propia, así que a echar horas, cuantas más mejor, el número y los días son secundarios, si coincide con festivos mejor, pagan doble (unos 10 euros). Los “fijos” están adaptados a pensar a corto plazo, el mes de las vacas gordas pueden llegar a mileurista e ir previendo para cuando no lleguen ni a los 300 euros, es la versión desde la hiperrealidad precaria del tradicional cuento de la lechera. Unas cuentas, cada vez más difíciles de realizar, porque desde hace décadas parece que los salarios están en una profunda recesión.

Así, algunos de estos trabajadores, llevan años trabajando, almacenando tongas y tongas de contratos. Se resignan porque saben que todo el poco trabajo que hay está igual, en una situación de precariedad total. Sus vidas están a la deriva.

La flexibilidad, la palabra eje del nuevo capitalismo, muestra su cara más amarga en estos trabajos, porque en estos casos flexibilidad, no es más que precariedad. Flexibilidad significa, trabajar cuando se pueda, trabajar a destajo echando horas, tener que hacer malabares para llegar a fin de mes, y esperar una llamada para volver a la rueda.



Moralidad: Alguien la ha visto por ahí?

Escrito por el miércoles, 15 de abril de 2009 a las 8:00 am

El economista estadounidense James McGill Buchanan, quien fuera galardonado con el premio Nobel de Economía 1986, dice:

“En la vida social y económica necesitamos reglas morales porque sin ellas la vida sería salvaje, solitaria, miserable y muy corta. Estas reglas definen los espacios privados dentro de los cuales cada uno de nosotros puede llevar a cabo sus actividades con seguridad y sin temores”.

Moralidad

Cabe aclarar que Buchanan, se dedicó al estudio de la economía pública y especialmente de las elecciones públicas en su incidencia en los mercados.

Pero no importa si las reglas son impuestas por el Estado o simplemente son el resultado de la auto-regulación de los propios interesados.

Lo importante es que las reglas sean adecuadas, conformes a un orden moral, efectivas, tomadas a tiempo y sancionado su incumplimiento, para la correcta vida social del ser humano.

Lo mismo sucede hoy en el campo financiero mundial, las medidas de salvataje del gobierno americano y de los países de la Unión Europea no consiguen despertar confianza en los mercados y sin esa confianza es imposible retornar a la normalidad.

La percepción universal de los inversores y ahorristas es que se ha producido una gran estafa mundial y que las políticas adoptadas no van encaminadas a impedir su repetición, sino que tratan de salvar a los banqueros responsables de la crisis e incluso a garantizarles un “gold parachute” “paracaídas dorado” como premio por su delictuosa gestión.

La frivolidad de esos individuos y su falta de arrepentimiento por la gravedad de los hechos cometidos, enemistan a los mercados en contra de las medidas que los gobiernos pródigos toman con dinero ajeno.

El problema real no es ¿Cómo salir de la crisis?, sino ¿Cómo revertir un mundo sin ideales, una sociedad corrupta e inmoral y una visión ego centrista que solo nos ha llevado al desastre?

Estamos cerca de ser una sociedad mundial avanzada? O que simplemente busca zafarse hoy del problema sin importar que va a ocurrir mañana?

En el mundo los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres, pero con un crecimiento desmedido.



¿Quién está pagando la crisis y quién debería pagarla?

Escrito por el domingo, 12 de abril de 2009 a las 8:00 am

La crisis financiera que azota al mundo está causando desordenes y malestares sociales de gran notoriedad, y lo peor, es que no se vislumbra ni el más mínimo rayo de luz para salir de esta situación. La vida sigue igual, reuniones, más reuniones, pero nada de cambios significativos que vuelquen y derramen soluciones políticas para construir un mundo sostenible. Mientras tanto, las cifras astronómicas las cargan los mundanos que menos fuerzas poseen. Si al menos este rescate, hubiera servido para algo constructivo, pues otro gallo cantaría, y no estaríamos hablando hoy del mayor derroche de fondos públicos de la historia.

En los países ricos, la mayor parte de la ciudadanía pende de un hilo, y en los países empobrecidos, los desarrapados se caen al abismo del hambre. Además, algo que no se nos debería escapar, es que la concentración de riqueza es cada vez menos equitativa, los ricos son cada vez más ricos, el 1% de la humanidad alberga el 35% de la riqueza mundial, y dentro de este grupo, el 0.001 % más pudiente acumulan 21 billones de dólares. Por tanto, es lógico que nos preguntemos: ¿Quién está pagando la crisis y quién debería pagarla? Como todas las preguntas tiene respuestas. 

A día de hoy, se han inyectado unos 6 billones de euros procedentes de los fondos públicos para rescatar a los arquitectos del (des)orden económico, es decir, a entidades y bancos, cuyas respuestas a posteriori a la sociedad han sido nulas o de recortes de todo tipo. Esa suma de dinero entregado, no ha salido de la nada, sino de los impuestos que pagan los ciudadanos. De esta manera, la solidaridad fiscal, es decir el dinero que se reparte entre todos, recae principalmente en los asalariados, que aportan el 77%, teniendo en cuenta que en torno al 60% de los trabajadores son mileuristas, lo cual nos parece una carga pesada e injusta, para que encima, los beneficios sociales sean regalados.

el mundo un trozo de carne fresca para algunos

Sabemos que para ustedes, los ricos, a pesar de la tendencia de mayor concentración de riqueza, la crisis está siendo dura, como cuando nos presentaron las cifras de sus beneficios, que habían “sufrido” un recorte porcentual considerable con respecto al curso anterior, en el caso del BBVA ganaba menos del 18.1% y el BSCH un 2.03% menos. Lo sentimos, es una lástima, pero más lástima es saber que la crisis ha ocasionado que aumente el número de personas que no tienen para comer, en concreto, 150 millones de personas más en el 2008, y lo más grave es que se estima que este año aumente igualmente.

También sabemos, que una cuarta parte de la riqueza mundial se encuentra depositada en los denominados «paraísos fiscales», dinero lavado pero sucio, ya que es una de las estrategias recurrentes para evadir impuestos, y aunque los datos no son transparentes sino secretos, conocemos o nos imaginamos quienes promueven y tienen intereses en tal empresa. Solo un dato más, con este dinero podríamos alcanzar los objetivos del milenio. Por ello, nos parece insuficiente controlar los «parásitos fiscales» y que conste por escrito la voluntad de acabar con ellos, ya sabemos que el papel aguanta lo que sea, casi mejor preferimos medidas concretas.

La iniciativa de cientos de colectivos sociales para que esta dinámica se invierta y sean los ricos quienes soporten el caos organizado, no es que sea una reclama justa, que lo es, sino que es la respuesta para empezar la casa por los cimientos, más cuando observamos como en las reuniones del G-20 no se dan golpes de timonel para corregir una ruta que nos lleva a la destrucción social, medioambiental y económica del planeta.



Texto enviado al proyecto Atelier C.R.I.S.I.S.

Escrito por el viernes, 10 de abril de 2009 a las 9:37 am

A finales de abril el colectivo artístico Atelier publicará el libro “Manual de instrucciones” de la Crisis, enfocando la temática desde una óptica positiva, crítica, de ofrecer una visión amplia de la necesidad de cambio con planteamientos y acciones concretas.

crisis_arte

Me pidieron un texto y aquí os adjunto el humilde resultado. Espero vuestras reflexiones sobre el mismo y si os ha gustado genial:

Seguramente casi todos conocéis los problemas derivados del capitalismo. Un sistema que produce tecnología y riqueza como ninguno antes, pero que lo hace a base de destruir el medio y de explotar a la gran mayoría de personas de este planeta.

El principal problema de este sistema es que es un tren a toda máquina y sin control dirigido hacia el abismo: Los políticos hace tiempo que han demostrado que son incapaces de frenar sus efectos negativos. Por ejemplo, esta última crisis, que al igual que la del 29, se ha generado a partir de créditos sobre productos sin valor. Y casualmente, como a aquella, nadie la ha visto venir. El problema primeramente es que los políticos están sometidos a las empresas debido a su necesidad de competir y crecer sobre otras naciones.
En último lugar la gente que ha conseguido estar en la parte media alta de la pirámide es incapaz de renunciar a sus “riquezas” puesto que han supeditado su vida a conseguirlas. Hablarles de cambiar, de tener “menos”, significa como poco violentarles y hacer que te miren con desprecio.

Así que tarde o temprano el tren va a vislumbrar el abismo, sí o sí. ¿La pregunta es a cuánta distancia? ¿habrá una vía de escape lista para ese momento y que no suponga perder casi todos los vagones por el camino?

Ahí es donde debemos entrar los viajeros que pensamos que hay que cambiar el tren de trayecto de inmediato. La solución no pasa por pedir a los políticos, tampoco pasa por decirle a la gente únicamente lo que no funciona del sistema y los graves problemas que van a sufrir las próximas generaciones. Por tanto, ¿qué hacer?

Desde mi humilde opinión el único cambio viable es formar colectivos que vivan en un sistema alternativo estable. Y conseguir que el resultado de estas propuestas sean conocidas correctamente por la mayoría de la gente.

El punto de partida en todo este proceso debería ser pensar que mundo queremos ya que la forma de nuestra cultura es una de las cosas que da forma a la economía y al revés. Seguramente hay cientos de visiones distintas de una nueva forma de vivir. Pero es importante ir estableciendo una serie de conceptos concretos en los que estemos de acuerdo y a partir de aquí pensar que economía nos interesa para que esos conceptos sean viables. ¿Queremos un mundo con desarrollo tecnológico? ¿queremos un mundo sostenible? ¿un mundo con desarrollo y sostenible?

Llegar a unas conclusiones suficientes no va a ser el resultado de vagas reflexiones, la tarea es enorme. Partiendo de haber definido el mundo que queremos, conscientes del mundo en que vivimos, conocedores de las propuestas y cambios que sucedieron a lo largo de la historia y sobretodo elaborando nuestro diseño llegaremos a buen puerto.

En esta labor harán falta personas dedicadas por completo a esta tarea, personas especiales y entregadas que puedan probar y pensar para el bien de todos y por todos.



Curiosidades de cómo Madoff estafó millones de dólares

Escrito por el miércoles, 8 de abril de 2009 a las 8:54 pm

Hero and the Heel
Creative Commons License photo credit: philectric

Bernard Madoff hoy día es conocido por todo el mundo como el estafador más grande de la historia, tras haber engañado a bancos, inversores individuales y hasta fundaciones “benéficas” por unos 50 mil millones de dólares. Era presidente del Nasdaq y administrador de carteras de inversión. Logró estafar a tantos gracias a su sistema Ponzi, pero de forma mejorada.

La avaricia, ambición o la simple satisfacción del ego de algunas personas, logran desastres financieros como los actuales. Ahora bien si nos ponemos a pensar ¿cómo un grupo de personas que se encuentran entre las más acostumbradas a realizar inversiones, que han ido a universidades carísimas, pudieron sucumbir ante Madoff?

Y la respuesta vuelve a ser la misma, el simple ego o la insaciable avaricia de muchos de ellos, como que si fuese una competición para ver quien tiene más billones de dólares.

Hablamos de casos concretos como el Banco Santander y el BBVA, que se encuentran en su vasta lista, quienes sufrieron pérdidas por 3100 millones y 404 millones de dólares respectivamente.

Muchos afirmaron que confiaban en su experiencia, “era un manager conocedor y confiable”. Pero el anzuelo de Madoff para atrapar a las presas: Básicamente, se anticipaba a una orden de compra importante que ejecutaba su propia corredora de Bolsa para terceros y se apropiaba posiciones, para comprar por debajo de su valor. De esta forma Madoff se enteraba de las ventas que iban a hacer sus clientes de su agencia de inversión. Por ejemplo si yo sé que un cliente mío va a vender sus activos, me anticipo comprándoselos a un precio menor. Esta práctica no es legal, pero los inversores “estafados” no se quejaron al saber que este era el método en que Madoff les haría ganar fortunas, pagándoles altos intereses, que en realidad eran pagados con los aportes de los nuevos inversores que iban ingresando al sistema.

Entonces no hablemos de pobre gente estafada, hablemos de personas sin escrúpulos, que por perder la razón han pagado un precio alto.



Este Blog forma parte del proyecto intercambia.net. Aquí hablaré de otras formas de entender el mundo. El consumismo, como gastar menos, lugares para realizar trueques, movimientos sociales, etc. Leer más...

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