Guía financiera para niños
Escrito por Carolina el miércoles, 3 de febrero de 2010 a las 4:38 am
Padres, profesores y las sociedades en su conjunto están cada vez más de acuerdo con la necesidad de dar a las nuevas generaciones, la educación financiera necesaria para saber distinguir los conceptos e ir adquiriendo la responsabilidad inherente a la generación, gestión y reparto del dinero.
Sin embargo, no es una labor sencilla, por lo que es importante que los adultos reciban una guía que les ayude a formar a los más pequeños.
Lo primero es felicitar a padres y profesores por haber decidido dar una educación financiera a los más pequeños, motivar a niños y niñas es el primer paso y, para lograrlo, es necesario partir de la asunción de valores basados en el compromiso, el respeto y la responsabilidad.
¿Por qué educación financiera para niños?
Los niños necesitan saber para qué sirve el dinero y cuánto esfuerzo cuesta obtenerlo. El orden social en el que vivimos tiene su base en las finanzas y la economía. Hoy por hoy, el dinero es absolutamente necesario para la satisfacción de las necesidades de los seres humanos.
Alimentación, servicios sanitarios, educación, servicios básicos –luz, agua, gas, etc.- la ropa y los fármacos, la vivienda, el desplazamiento, el ocio y el descanso.
El dinero es necesario para garantizar una vejez con calidad de vida, pero… cómo explicar estos conceptos a las mentes infantiles que viven el aquí y el ahora y… mañana ya es un futuro indefinido.
Los niños necesitan aprender el valor del dinero, pero también es fundamental, específicamente en este nuevo ciclo en el que poco a poco nos vamos adentrando, ser conscientes que no todo se consigue con dinero. La familia, las relaciones, la armonía, el compromiso, la honestidad, las capacidades para tomar decisiones, las decisiones adoptadas… todos los valores que nos forman como seres humanos no se adquieren con dinero, si bien el uso y la responsabilidad con la que llevemos nuestras finanzas, hablan mucho de ellos.
Aprender, tener y prosperar
No cabe ninguna duda que, aprender es el conocimiento que se debe adquirir de cómo podemos lograr obtener una fuente de ingresos de forma digna. Tener implica la ética, la responsabilidad y el uso que le demos a lo que recibimos. Y… prosperar, implica el hecho de beneficiar a los más necesitados y tener la actitud necesaria para que el dinero sirva para nosotros… y para los que nos rodean.
Nadie nace sabiendo ser prospero, responsable y justo en términos financieros, es algo que –generalmente- vamos adquiriendo con el transitar por la vida. La ventaja adicional de este momento histórico en el que los seres humanos hemos sacado un aprendizaje de la crisis, es que nos planteamos la formación de nuestros hijos sin esperar a que la vida lo haga. La tan traída y llevada frase de la vuelta a los valores tradicionales, adquiere en este ámbito una definición novedosa, en la que si bien somos conscientes de la necesidad de los límites y la formación, hemos logrado erradicar las herencias educativas de nuestros progenitores que no compartimos y las hemos centrado en el momento actual. La educación financiera para niños es uno de los grandes exponentes de este magnífico cambio en los procesos educativos.
Conceptos inherentes a la formación financiera
Como cualquier empresa, la formación financiera para niños requiere el cumplimiento de una serie de requisitos, el primero de ellos es el deseo de querer formar.
El segundo de ellos es establecer los valores que sustentan la formación y los conceptos de los que partir para dar una formación adecuada y para ello, es necesario conocerlos a fondo y que formen parte de la forma de vida de los adultos que formarán a los niños.
¿Cómo se enseña a un niño a ser honesto si quien forma no da importancia a los conceptos que transmite?, ¿cómo puede un niño aprender a respetar si los adultos que le guían no siguen el ejemplo?
Actitud, creencia y prosperidad
Otro de los requisitos fundamentales para impartir una formación financiera útil y de calidad se basa en las creencias y actitudes y esta, debe ser realista, sin entrar en el pesimismo o el optimismo excesivo, este aspecto es fundamental para formar a los hijos, ya que un comportamiento de pesimismo excesivo puede significar un gran cambio.
Imaginemos un formador pesimista que siempre se fija en lo que le falta en lugar de lo que tiene, los niños serán formados en la frustración, lo que mermará su capacidad de acción y sus posibilidades de distinguir las oportunidades que le presenta la vida.
Imaginemos ahora, un formador optimista en exceso, que nunca ve la realidad como es y que siempre piensa que la situación puede mejorar, sin establecer el método adecuado para lograrlo. Los niños que dependan de esta formación buscarán siempre la satisfacción a sus necesidades en los demás, sin asumir responsabilidades y siempre pensando que las cosas se arreglarán solas e irremediablemente, sufrirán en exceso.
Sin embargo, las personas realistas y centradas en lo que tienen y no en lo que les falta, viven inmersos en la prosperidad y asumen los escenarios que se le presentan siempre en la búsqueda activa de una opción mejor.
La formación financiera basada en el realismo, es responsable de personas que saben que, repentinamente, la situación puede cambiar y están preparados para enfrentar los cambios y seguir adelante, lo importante no es lo que sucede sino cómo se responde a los sucesos.
Metodología y contenidos
Una vez que hemos establecido la intrínseca relación entre la formación financiera y los valores que rigen la convivencia de los seres humanos, conviene no olvidar que estamos formando niños, lo que supone que debemos recurrir a conceptos financieros basados en el lenguaje infantil y la etapa evolutiva en la que se encuentren. Una formación financiera adecuada debe estar basada en ejemplos cotidianos de sencilla aplicación a sus rutinas y que les permita establecer una relación entre sus rutinas y los conceptos que reciben.
Etapa evolutiva, un factor determinante
La evolución del desarrollo se produce en tres etapas distintas, desde que nacen hasta los dos años y desde los 2 a los 7 y de los 7 a los 12 años.
Es importante saber diferenciar las diferencias cognitivas de cada etapa y planear los tiempos y recursos a utilizar a fin de dar una educación financiera de utilidad.
Para ello es importante seguir un método adecuado partiendo del establecimiento de los objetivos que queramos cumplir, fomentando el pensamiento lógico y adaptado a escenarios en los que el niño se desenvuelva con facilidad.
Posteriormente, cuando el niño se familiarice con el pensamiento lógico, se puede pasar el pensamiento estratégico en el que daremos al niño la posibilidad de aplicar a su cotidianidad los conceptos transmitidos y, para finalizar, se potenciará el pensamiento creativo, en el que la creación de sus propias ideas será un punto de inflexión en la formación.
Es muy importante seguir estos pasos ya que si se comienza a transmitir conceptos financieros sin determinar las fases del aprendizaje, no se logrará la comprensión del niño y, por lo tanto, el objetivo perseguido.
Conclusiones, objetivos, metas, forma de lograrlo
En términos generales la formación financiera de los más pequeños debe estar enfocada al fomento de valores y ejemplos que se traduzcan en el área financiera como una de las bases sobre las que se asienta la convivencia. Es por esto que se deben seguir las siguientes etapas:
1.- Fomento de valores adecuados su edad.
1.1.- Honestidad y a través del ejemplo de los padres, en el supermercado en la gasolinera, actuar con honestidad.
1.2.- Responsabilidad fomentando, por ejemplo, el cuidado de los objetos prestados.
1.3.- Compromiso, fomentando la devolución del juguete el día acordado
1.4.- Generosidad, erradicar el egoísmo y fomentar la acción de compartir desinteresadamente nuestros objetos con los demás niños.
2.- Fomento de la actitud
2.1.- Desarrollo del emprendimiento a través del aprendizaje, de la curiosidad, de las ideas propias.
2.2.- Agradecer, siempre lo que tienen y no lo que les falta.
3.- Fomento del pensamiento financiero aplicado a su vida cotidiana, a través de la comprensión y el respeto de las diferentes formas de obtener y administrar el dinero.
4.- Por último en la etapa entre los 7 y los 12 años es importante fomentar el aprendizaje de los procedimientos financieros más habituales. Compartir la apertura de una cuenta corriente, el envío de una transferencia, la forma de cumplimentar un cheque, el procedimiento a seguir cuando se paga con la tarjeta de crédito en un comercio, conceptos básicos como la definición que se da a la persona que presta el dinero, a quien lo recibe, al hecho de devolverlo, son claves en la formación financiera.
El objetivo es formar seres humanos con herramientas que partan del sentido común y se basen en la responsabilidad y el compromiso. La educación financiera es el marco teórico idoneo para transmitir a las futuras generaciones los valores de convivencia cuya ausencia, fue el detonante de la explosión de la crisis global del siglo XXI.
Otros temas de interés:
Categoria: Economia y finanzas
Clasificado en: ahorro niños, educación financiera, enseñar economia a los niños, responsabilidad de los niños
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