Aún teniendo dinero muchas veces se piensa como sigue: Hoy no salgo que tengo que ahorrar, no te doy dinero que ahora no me va bien y así muchos más ejemplos cohartan nuestra felicidad en el día a día.
No se da uno cuenta pero así uno se hace mala sangre. Se hace un poco más infeliz.
Por el contrario seguro conocéis gente muy sociable que no tiene reparos en invitar a amigos y siempre estar con gente.
Estos dos casos han sido objeto de estudio para ver como el dinero nos afectaba a nuestros pensamientos.
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