Un estudio* llevado a cabo por el Programa de Acción contra Desperdicios de Recursos en el Reino Unido ha obtenido demoledores resultados. En ese país casi un tercio de la comida que se compra acaba en la basura. Un 60% de la misma intacta (generalmente verdura, fruta y pan).
Esta comida desperdiciada supone un gasto para todos, para el consumidor por motivos obvios. Depositando estos un cheque por valor de 20.000 millones de dolares en los vertederos en forma de comida no consumida. También es un gasto para el ayuntamiento en concepto de recogida y procesamiento (unos dos mil millones de dolares en Inglaterra). Y es un gasto para el medio ambiente en concepto de embalaje, producción y transporte.
El caso es aún más doloroso cuando se relaciona con la actual crisis alimentaria global.
Vivimos en un modelo que produce de sobras pero solo para unos pocos y que tira la comida a la basura.
Si partieramos de un pequeño pueblo donde cada habitante tuviera, mediante un modelo eficiente, asignada una tarea sería posible que ese pueblo fuera autosuficiente y eficiente a nivel de consumo.
Tenemos miles de datos para conocer que se necesita producir y que materias se requieren, tenemos ordenadores muy potentes capaces de realizar gigantescos cálculos para optimizar la asignación de recursos, etc, etc. Podemos también designar un espacio para la invención.
Sin embargo estamos en un modelo de producción con muchas imperfecciones y sin ningún futuro (debido a la escasez de materias y a lo finito del planeta).
También es un modelo que no se cuestiona a si mismo. Se basa en producir para satisfacer el “egoísmo” de los que quieren acaparar, de los que quieren más. Y quiero aclarar que no me parece mal que por el egoísmo de alguien (para ganar mucha pasta), por ejemplo, este invente y fabrique un abono milagroso.
A nivel particular algunos tenemos para vivir y creemos que ya está todo hecho. Pero nuestra sociedad es una de las más infelices de la historia.
El modelo en si mismo no va a buscar más perfección que la de generar más monedas. Los gobiernos tampoco están por la labor, sumergidos en un entorno de hipercompetencia y con el imperio tirando del carro y mirando que nadie se desvíe. Los estudiosos en universidades buscarán el modelo que más riqueza pueda crear pero su principal preocupación no va a ser que se cubran las necesidades de todos.
Parece que la única opción es que desde abajo se empiece a promover el cambio en los hábitos de producción y consumo. En buscar alternativas.
Estooo, alguien tiene un pueblo donde empezar?
*Estudio realizado sobre 2138 hogares, 6000 individuos aprox.
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