La crisis, las deudas, los poderosos y los mercados… Nexos en común
Escrito por Carolina el sábado, 20 de febrero de 2010 a las 2:30 pm
Resulta curioso y cuando menos sorprendente e incita claramente a la reflexión, observar la intrínseca relación entre el poder político y sus artimañas y el poder del sistema financiero y… las suyas propias.
Analizando la forma a través de la cual se rige el orden socialmente establecido, cómo están conformadas las pirámides jerárquicas de las economías y las razones siempre gravitantes y siempre con los mismos conceptos subyacentes, por las que ciclo tras ciclo, periodo histórico tras periodo histórico y…¿ civilización tras civilización? La ausencia de escrúpulos, compromiso y ética, son los detonantes de las mayores debacles.
Debacles simultáneas, paralelas, sucesivas… ninguna casual y todas causales, debacles que ponen de manifiesto cómo el poder se comporta como un parásito invasor que va terminando con las reservas existentes de cualquier cosa, hasta dejar a su huésped seco para buscar a otro y seguir alimentándose, sin producir nada, sin generar nada, sin aportar… nada.
Viviendas, construcción, créditos… y ahora también… los mercados
De una u otra forma, estos parásitos especuladores, analistas del enriquecimiento rápido, personal e impune, grandes absorbedores de riqueza y recursos ajenos, salen a la luz pública con cada ciclo económico como advertencia sobre un abuso excesivo y una necesidad de regulación.
Tras la explosión de la burbuja inmobiliaria y los distintos escándalos con cabezas visibles designadas a dedo por los más poderosos y, habiendo dejado seco por los próximos 10 años y sin posibilidades de volver a brillar significativamente en ningún momento del nuevo ciclo post-crisis, le llega el turno a los mercados.
¿Quiénes son los mercados?
Los mercados, ese concepto abstracto tan asociado con lo virtual e intangible, pero tan presente en nuestra historia y, tan protagonista también de fuertes debacles macroeconómicas, los mercados. Los mercados se unen en pos de la apreciación o depreciaron de las divisas y en función de las necesidades de la divisa opuesta, a partir de los intereses políticos y comerciales de una u otra nación que logra el movimiento de los mercados para beneficio de una moneda y… por ende, beneficio propio.
Los mercados son los poderosos, los grandes capitales, las grandes instituciones no gubernamentales cuyo peso específico en las economías supera las ¾ partes de la generación de riqueza.
Es acaso una casualidad que hoy, materias primas de las que únicamente se elaboran en países pobres, muy pobres, cuyos mandatarios los mantenían pobres a través de un atentado contra los derechos humanos tan feroz como es quitarles sus propias tierras, obligarles a trabajarlas y lucrarse particularmente con la venta de esos productos en nombre del “capital”, estén nuevamente en el p unto de mira como una de las mejores propuestas de inversión para 2010.
Es casual que, una moneda inicie una serie de depreciaciones provocadas por datos macroeconómicos “posibles”, “previstos” y “proyectados”, elaborados por los mismos organismos a los que les interesa para su negocio particular, que el estado al que pertenece esa divisa tenga una situación de endeudamiento mayor y siga necesitando financiación… cueste lo que cueste… pagando las tasas de interés que sea… sólo pare seguir a flote.
Mercados y capitales
Los mercados son capitales y los capitales pertenecen a las personas, los seres humanos, esta máxima establece una relación causa- efecto en la que se pone de manifiesto la intrínseca espiral de destrucción en los procesos evolutivos que se vive subyacente en esta crisis; los seres humanos, en su ambición sin límites hipotecan su destino sin pensar en su supervivencia
Fuerzas del mercado y Redes sociales
Otra paradoja causal interesante. La integración, la globalización, la eliminación de fronteras es, históricamente intrínseca a los seres humanos, sin embargo, nunca había experimentado el hombre una apertura como la actual.
Los condicionamientos de horarios, culturas, condiciones e idiomas, desaparecen con un clic sin dar tiempo a pensar cuando el mercado inmobiliario de Estados Unidos, sufre una caída en la cotización de los valores de una empresa que provoca el cierre de tejido empresarial en Argentina y el despido de miles de trabajadores.
Londres puede arruinar aún más África, Japón a la industria española que incrementa su tasa de desempleo y un largo etcétera de acciones que provocan reacciones en tiempo real sin más cuestionamientos que la especulación. Se crean con total impunidad instrumentos financieros que permiten, fomentan e incitan a la especulación y al manejo arbitrario de los mercados en pos del enriquecimiento a costa de la debacle de otro, falta de ética y capricho del poder, que actúa en los mercados moviendo los hilos de quienes intervienen a placer y antojo.
Organismos con mayúsculas
FMI, BCE, OMC… siglas ilustre para definir la soberanía y la impunidad. Alentados por… los grandes capitales con intereses indivisibles, la globalización en su conjunto… los mercados.
El planeta firma una hipoteca a través de la cual se alimentará de una liquidez ficticia sin que nada, ni nadie pueda pararlo. El desorden de los mercados condiciona ya nuestro destino.
Conclusiones
Agotados los sistemas capitalistas y, viviendo un punto de inflexión de sobra conocido si miramos la historia, donde seres humanos se transforman en excesiva demanda para la liquidez existente y donde, los recursos naturales se visten de intercambio de poder, especulación y dinero.
Los mercados -los grandes capitales, los gobiernos, los bancos- manejan los hilos del destino de las economías y sus divisas y son los distintos globos sonda lanzados los que ensalzan a una economía hacia el clímax de la recuperación económica o… por el contrario, acciones tan simples como una “proyección a futuro” hunden a dicha economía en un pozo oscuro.
Pozo del que habrá que salir. Y para salir únicamente queda seguir endeudándose, seguir pidiendo liquidez a quien la presta… aunque eso suponga elevar los déficit públicos, alejarse de los criterios de convergencia y pagar tasas de interés dos veces superiores a los tipos oficiales.
Los mercados… sus poderosos, sus capitales decisorios, invariable e inevitablemente amenazadas de forma injusta para la dignidad del ser humano, una dignidad condicionada por un capitalismo 2.0, un capitalismo globalizado…¿ quien realiza ahora los controles demográficos tan propios de los ciclos históricos pasados?…¿Quién maneja los hilos de los recursos, del empleo, los suministros, los alimentos?…